El problema de Pedro Sánchez va a ser que le falta tiempo. Eso explicaría el guiño a Junts, con la esperanza de atraerlo a la mayoría que precisa, activando algunas medidas que podría haber hecho hace un mes. Nada de lo ofrecido ahora dependía de medida ajena más que de su voluntad de priorizarlo. Para lo demás, repitió los condicionantes técnicos y legales. De salida, a Junts le parece que reconocer que ha incumplido llega tarde. Sin Govern y acosado por las encuestas, quizá empieza a pensar que le irá mejor contra Feijóo que con Sánchez.
El presidente español persiste en el riesgo de dar por seguro el apoyo del PNV y ya se equivocó al hacerlo con Junts. Sus compromisos con los jeltzales también suman incumplimientos, que no han reducido la implicación de los de Esteban en Madrid o Iruñea. Pero ahí sigue Eneko Andueza jugando a irritar los ánimos —va a perla por día—, como si no le fuera nada en ello. Vaya si le va; como mínimo, lo que le va a Sánchez.
Contra éste volvió a la carga Núñez Feijóo. Le recordó que decir ahora que desconoce a José Luis Ábalos como persona es como si él dijera lo mismo de Miguel Tellado. Un poco ahorcarse con su propia cuerda: no tiene excusa con el hooligan desatado que es su secretario general. Si ya sabías que lo era, le has elegido por eso.
La humildad de la que carece Tellado la simuló ayer Fran Pérez Llorca. El nuevo presidente valenciano pidió perdón a las víctimas por la gestión de todas las administraciones en la dana. Diluida, de nuevo, la responsabilidad, Pérez Llorca habló de diálogo, de vivienda y de servicios públicos. Tan creíble debió resultarle al portavoz de Vox, José María Llanos, que se apresuró a recordarle los compromisos negacionistas del cambio climático y la criminalización de los extranjeros que ha pactado con él. A todo esto, Mazón en la última fila con sueldo de diputado y plus de casi 650 € al mes por ser portavoz en una comisión que no se reúne desde hace cinco años.
Ataque a una sede del PP
Le ha tocado a la oficina del PP en Bilbao, como en otras ocasiones les toca a batzokis y casas del pueblo. No descarten ver agredidas sedes de estos partidos en su pueblo dentro en la campaña “por la independencia y el antiespañolismo” que han lanzado las juventudes de Sortu. Una nueva generación de jóvenes alegres y combativos está dispuesta a mostrar el incivismo como proyecto político. La competición entre GKS y Ernai por saber quién puede agredir más y aportar menos, lleva camino de resolverse ex aequo. Y el antifascismo no se siente apelado a poner freno a este vandalismo.