Matar niños

Matar niños

Con el genocidio de Israel sobre Gaza estamos llegando a unos límites insospechados para lo que es capaz de justificar la moral humana. Por eso celebro que personajes públicos de esos a los que los jóvenes toman como modelo no tengan reparos en llamar a las cosas por su nombre. El cantante Pablo Alborán se ha mojado sobre lo de Gaza: “Un periodista no debe preguntar ‘cuál es tu opinión sobre matar niños en Gaza’ porque no debería haber una opinión, sino que deberíamos pensar todos lo mismo: que es un horror y una barbarie”. Así igual dejarían de calar los discursos ultras entre los jóvenes.

Polarización

Entre los jóvenes, aceptación de los discursos más rancios. Entre los no tan jóvenes (o no sólo), polarización: “El Banco de España constata que la polarización política se ha disparado con el mandato de Sánchez” (Economía Digital): “Una investigación de la entidad que preside el exministro Escrivá constata que el pico de polarización se alcanzó en marzo de 2021, con las mociones de censura del PSOE y las elecciones en Madrid”. Apartando el argumentario, uno ve que recoge lo evidente. Lo que basta tener dos ojos, dos oídos y salir a dar un paseo para constatar. La pregunta es: ¿Quién ha tenido la culpa?

Polarización (II)

Siempre me gusta la fina ironía de El Mundo Today. Desde hace un tiempo, el ejercicio interesante en el digital satírico es jugar a buscar las diferencias con la realidad. Las similitudes, por mucho que sean artículos escritos a mofa, son apabullantes. Por eso también, leo: “En estos tiempos, es más importante que nunca que los medios de información tomemos consciencia de nuestra labor y ayudemos a la sociedad a estar más y más polarizada” y río, pero también pierdo algo de fe en mis congéneres. Porque, como bien apuntan, “el radicalismo, lejos de ser un problema, constituye un instrumento pedagógico de primer orden”.

Fue tu equipo, imbécil

De polarizar sabe un rato Donald Trump. Y de acallar voces disidentes y desinformar (o, directamente, mentir). El ariete de la política fanfarrona, el desprecio y las estupideces: “Trump exige investigación sobre presunto ‘triple sabotaje’ en la ONU”. Afirma que la escalera mecánica que se paró, el teleprompter que falló y los problemas de audio que hubo “fueron actos deliberados para socavar su credibilidad”. Mientras, New Republic revela que, según un funcionario de la ONU, fue el propio equipo del presidente de EEUU el que estropeó la escalera y el teleprompter. Supongo que la broma se cuenta sola.

Cooperadores necesarios

Vuelvo a esos límites insospechados que está alcanzado la moral colectiva a los que me refería al principio. El problema ya no es sólo que Donald Trump esté desnortado. Hay un problema gordo en Europa, y es que los hay que dan nociones de no saber, o no querer saber, por dónde va la fiesta. Mientras más países reconocen el Estado de Palestina, “Alemania e Italia se quedan cada vez más solas en la UE obstruyendo cualquier medida contra Netanyahu”. Alemania e Italia, con el pasado que vivieron, o precisamente por el complejo que arrastran desde entonces, están resultando ser cooperadores necesarios de Netanyahu. Qué cosas.