Leo que el PSOE no convence a las firmas auditoras de renombre para que aterricen en sus cuentas y digan si son o no regulares. De ser cierto lo que cuenta la prensa de Madrid al respecto, me pregunto el motivo del rechazo. Partimos de que una firma auditora es profesional e independiente. Es decir, su reputación está en su fiabilidad y no en la de las cuentas de quien es auditado. Si el temor es que, en este estado de opinión, se diera el caso de que las cuentas son correctas y quien lo diga va a acabar en el mismo cesto de reproche, el problema es gordo. Si llega a disuadir de su función al auditor, ya hemos perdido.
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