Ya tenemos el asunto de Leire Díez convertido en hit de divertimento frívolo con esencia de casquería. La exafiliada del PSOE acusada de querer liquidar a la Guardia Civil, se marcó ayer un ‘deluxe’ con posado y todo y hasta aparición sorpresa de otro asiduo de los titulares estruendosos a golpe de metales para un amago de careo en directo: el comisionista –este sí– investigado Víctor de Aldama. Que estos teatrillos suplanten a la política y hagan tambalearse a gobiernos de nervios y a oposiciones de placer da la medida de la insoportable levedad de nuestro ser –sugiero lectura de Milan Kundera– democrático.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
