La presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, se dirigió ayer a los socios de la Unión Europea para recordarles que no basta con que los eurodiputados entreguen el premio Sajarov a Edmundo González y María Corina Machado. Que no hay conciencia limpia en el silencio frente a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela y que es preciso ser contundente en la condena de las violaciones de derechos humanos también allí. Aquí, todavía hay quien llora con motivo a los palestinos asesinados pero se pone de perfil ante los venezolanos porque a su verdugo le dejan ser su emblema ideológico.