El pleno txiki celebrado hace unos días por las Juntas Generales de Bizkaia concluyó con la petición –a las autoridades e instituciones en general y a la cámara vizcaina en particular– de trabajar por lograr una sociedad más inclusiva, donde se garantice la dignidad de todas las personas, eliminando etiquetas que cuestionen las diferentes capacidades. Una petición reiterada para construir una comunidad donde todas las personas tengan cabida y que cobra un inmenso valor cuando son las generaciones futuras las que lo reclaman. El deseo es que, en su camino a la adultez, no se olviden de tan noble objetivo.