La ONG Aldeas Infantiles SOS alerta del abandono de más de trescientos bebés en Hungría, a la espera de ser acogidos y poder comenzar una vida en la que, al menos, tengan unos brazos que les den calor. Qué suerte tan desigual tenemos los seres humanos. El destino se reserva la potestad de que arranquemos en este mundo en un hogar pleno de privilegios o, desde el minuto cero, ser ya un/una luchadora para sobrevivir. Para que luego haya quien se permita el lujo de desmerecer la propia vida dependiendo del lugar de origen. Eso solo lo puede decir quien ha tenido la suerte de nacer en el primer mundo porque del resto no sabe nada.