El barco Goienkale, con base en Bermeo, ha sido el encargado de abrir la temporada del bonito. Nada más y nada menos que con un ejemplar por el que se han pagado 339 euros el kilo. La cifra nada desdeñable es, sin embargo, muy inferior a lo que se pujó el año anterior, cuando se abonaron 31 euros más por kilo. De hecho, el cheque de Goienkale es el precio más bajo de los últimos cinco años, lo que es diametralmente opuesto al aumento del coste del gasoil y demás factores que padece el sector en el último lustro. Olvidamos con demasiada frecuencia la realidad de lo que esconde el pescado que llega a nuestras casas.