LARGOS, obligados y penosos desplazamientos. Colas interminables para terminar siendo atendidos con evidente desgana. O ni eso: vuelva usted mañana, que hoy no se atiende. Transporte colapsado que obliga a viajar como sardinas en lata. Horas y horas de espera y pérdida de tiempo para apenas unos minutos... ¿Osakidetza? ¿Algún otro servicio público? No, hombre, no: el Athletic. La final, despedida frustrada en Lezama, Sevilla, recibimiento abortado, fiestón improvisado, la ría, gabarra, foto con la Copa... Es el retrato de nuestra sociedad satisfecha que se considera insatisfecha.