Arranca septiembre y con el mayoritario fin de las vacaciones y prácticamente del verano llega lo que algunos frívolamente denominan depresión o síndrome posvacacional. La vuelta a la realidad cuesta. Este otoño se vaticina también caliente en lo social, además de en lo climatológico. Por de pronto, tenemos otra depresión, la DANA (depresión atmosférica aislada en niveles altos) que desde mañana nos traerá lluvias muy intensas, según se nos previene. Septiembre nos puede acarrear más motivos de desánimo a poco que la política en Madrid nos regale una repetición electoral. Habrá que proveerse de pa-raguas de muchas clases.