AYER aterrizaron en Loiu varios pasajeros del vuelo Ibiza-Bilbao que tenía que haber llegado 13 horas antes, tiempo en el que estuvieron “tirados” y sin explicación alguna durante toda la noche en el aeropuerto de Barcelona. Me cuenta una compañera que tiene adquirido un vuelo a la capital catalana para noviembre y que ya se lo han cambiado y/o cancelado tres veces. Le quedan cinco meses de zozobra. Y la no desdeñable posibilidad del maldito overbooking. Las compañías aéreas que nos cortejaban durante la crisis de la pandemia vuelven a actuar con impunidad. La culpa ya es nuestra.