EN Bizkaia hay cuatro centros escolares que separan a su alumnado por cuestión de género. Dicho de otro modo. Hay cuatro centros escolares donde las chicas solo estudian con chicas y los chicos con chicos. El departamento de Educación bajo la batuta de Jokin Bildarratz anuncia que se les cierra la financiación a todos ellos –más dos en Gipuzkoa– por ser incomprensible la práctica de esta política de segregación escolar. No veo la razón en el siglo XXI a este modus operandi, más allá de entender de manera equivocada una manera de relacionarse. En la diversidad está la riqueza. En la homogeneización, el peligro.