Mientras los galardonados con el Premio Nobel de la Paz de este año recibían su distinción con duras críticas a Putin, nuevas revelaciones destapaban lo que ya intuíamos: que Rusia e Irán -dos tiranías muy distintas pero con un objetivo común: Occidente- desarrollan una amplia y creciente cooperación militar. Lo de los drones iraníes es solo una criminal broma. La activista ucraniana que ha ganado el Nobel fue muy elocuente al defender que la lucha por la paz “no significa ceder a la presión del agresor, sino proteger a la gente de su crueldad”. El invierno nos está helando el corazón.