REZABA la canción de Miliki aquello de “lunes antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar, porque tenía que lavar/planchar/coser/barrer/cocinar/bodar y tejer”. Tareas que se han asignado a las mujeres también a través de los juguetes, siempre vinculados de una u otra manera al color rosa. Este año, la televisión no emitirá anuncios de muñecas y cocinitas con niñas. Un paso que, aunque parezca poco, es mucho. Contribuye a que le podamos dar la vuelta al calcetín y cantar, como dice Rigoberta Bandini, que “la niña no puede lavar porque es que tiene que bailar”.
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