HAN roto el fuego de la conflictividad en la negociacion del convenio del Metal en Bizkaia. No nos alarmemos por los desencuentros que son propios del baile que viene, en todos los sectores, entre el poder adquisitivo y la sostenibilidad de costes. Que se fijen fechas de huelga no es indicativo; que se parta de las antípodas en el diagnóstico, resulta más preocupante. No ver que el impacto del IPC no lo pueden amortiguar íntegramente los trabajadores sería miopía; no ver que trasladar a costes ese impacto íntegro y de una vez asfixiará a las empresas, ceguera.