NOS volvemos a vacunar contra el covid. El relajamiento general es un riesgo importante. Si es usted usuario del transporte público habrá visto que el uso de la mascarilla ha ido cayendo. Literalmente. Poco a poco. Empezó a descender por debajo de la nariz. Como diciendo: la llevo. Hummm. Luego siguió bajando hasta acomodarse en el codo. Disponible, diríamos. Continuó hasta caer a la muñeca, no se sabe muy bien porqué. Ahora ya ha acabado en el bolso o bolsillo, o en la mochila de los jóvenes. Algunos, ni eso. Guardas y chóferes ya ni la piden. A la obligatoriedad le queda una dosis.