IENE por lema una suerte de trabalenguas, Erro, Harri, Har, lo que tratándose del Ibilaldi, la fiesta de las ikastolas de Bizkaia no encaja nada mal, habida cuenta que ese juego de palabras es una distracción propia de la infancia. Cuarenta años han pasado ya desde que nació este proyecto donde el euskera y la enseñanza van de la mano, cuatro décadas que se resumen en el mencionado lema: las raíces del pueblo, su fuerza para seguir adelante y su vocación por ser tierra de acogida. Si a todo ello se suma el paisaje verde sobre el que se va a extender este día de fiesta no cabe duda que esta hermandad entre el pueblo y la tierra, ahora que regresa tras un par de años de ausencia, va a tocar el cielo con sus manos. De aquel primer Ibilaldia se celebró en Getxo en 1978 queda aún el espíritu de la reivindicación.

La bertsolari Onintza Enbeita ha sido la encargada de poner letra a las melodías que ha propuesto el músico Mihailovic, y ha contado con la participación de los/as artistas Iker Villa, La Basu, Afrika y Yogurinha Borova. Este año, la Ikastola Abusu será la organizadora de Ibilaldia. Lleva meses organizando una serie de iniciativas previas al gran día de las ikastolas vizcainas: bertso maratones, espectáculos infantiles, circuito popular de orientación, etc. Habrá hinchables y conciertos, cuentacuentos y talleres de habilidades manuales; dantzas y alguna kalejira, deportes al aire libre y magia que te atrapa e incluso una comida popular. Si se mira todo esto bajo el microscopio de la metáfora bien pudiera decirse que el aprendizaje -y por su relación directa, la enseñanza...- es una fiesta. Una bandera al aire que ondea en defensa del euskera.

Si tienen la ocasión, aprovechen la oportunidad. Súmense, súmense a la fiesta. Cualquiera que para de aprender se hace viejo, tanto si tiene 20 como 80 años. Cualquiera que sigue aprendiendo permanece joven. He ahí la grandeza de la vida. l