GNORO absolutamente los méritos musicales de los representantes de Ucrania en ese espacio de entretenimiento y espectáculo -no lo llaméis cultura- que es Eurovisión. Si su triunfo no fuera merecido sino fruto de la mera compasión compensatoria del pueblo, sería un ejercicio de injusticia poética, que para el caso tanto da: es bonito. Ucrania ha ganado en el escenario no bélico, pero guerra, la ha habido: los prorrusos han atacado los sistemas de votación y hasta la UE (!) y la OTAN (!!) han felicitado a los ucranianos, felices por un día. Canta, Mariúpol, canta. l