UE una terrible peregrinación, con días sembrados de tormentas, con jornadas asfixiantes por un calor tan severo que se diría que subieron las jefaturas del infierno a flor de tierra; con fríos glaciares y salteadores de caminos que salieron a mitad de la travesía. La huida de la pandemia ha sido un trayecto duro de pelar que parecía no tener fin. Se diría casi que recordábamos al pueblo hebreo escapandode la esclavitud de Egipto Y es ahora, cuando todo parece más sereno, cuando emprendemos el camino de regreso, la vuelta a casa. Un retroceso a los viejos tiempos, donde todo nos parecía más sensato y nos quedaba a mano.

Hay héroes como Marco Polo, Colón o Erick el Rojo, que partieron en busca de otras tierras. Hay viajes netamente simbólicos como los que hicieron Hércules, el mismo Odiseo, que volvió a casa por amor. Gilgamesh, el héroe de la epopeya sumeria, emprendió un viaje en busca de la planta que le diera la inmortalidad; Moisés, como les dije, dirigió el éxodo del pueblo hebreo hacia la tierra prometida. Eneas, que encabezó el exilio depués de la caída de Troya e incluso Jonás, Pinocho o el capitán Akab vivieron viajes exóticos en torno a una ballena. Como ven, la vida es un viaje continuo.

Hoy les hablaba de la vuelta a casa, del regeregreso a los hábitos frecuentes antes de la pandemia que va a coincidir en el tiempo con la primavera y el verano. Se mira este nuevo amanecer con tanta ansiedad que incluso a la mejora en la hoteleria y la hostelería ya se ponen peros. "Sí, pero..." es la frase que más se escucha en las últimas horas cuando se recuerda que se avecina un verano fecundo.

Ha sido tan grande y profunda la herida que ahora, cuando parece que lo peor ya ha pasado, horroriza la cicatriz. Las tendencias son optimistas, dicen, pero habrá que ver, habrá que dejar que pase el tiempo, habrá que rezar para que no se reproduzca la avenida de ese infierno. Se diría que el viaje que mejor nos define en estos tiempos es el descenso de Dante en La Divina Comedia. En el año 1300 el narrador, Dante Alighieri, tiene 35 años, y en la puerta del infierno lee "no hubo nada que existiera antes que yo, abandona la esperanza si entras aquí". No hagan caso, no olvidemos la esperanza.