VAYA semana la pasada. El equipo jugaba contra el Atletico de Madrid y, menos de eso, se habló de casi todo. Unos porque solo les interesa el barro electoral, otros porque consideraban que el Athletic, y los menos sí que veían la posibilidad de acabar el campeonato de la mejor manera posible. El caso es que de golpe y porrazo el equipo y su cuerpo técnico dejaron a los dos primeros grupos en mal lugar, haciendo un partidazo y reivindicándose con lo realmente importante de esta historia, el juego y los partidos. Y lo que es mejor, metiéndose de lleno en la lucha por una plaza europea.

No es nuevo el ninguneo al que se somete a los jugadores en los finales de temporada. Puede ser que en alguna ocasión no han dado el nivel, pero dudar de su profesionalidad es muy feo. Esta temporada, que la he catalogado en artículos previos como notable, puede acabar muy pero que muy bien, y eso será posible gracias a quienes componen el plantel, cuerpo técnico, auxiliares del equipo y, por supuesto, a la dirección deportiva y la Junta Directiva. Afear lo hecho en este ejercicio resulta sorprendente, pero siempre hay quien pase lo que pase solo busca encontrar lo negativo del asunto.

A mí, sinceramente, me preocupa, y mucho, que no se valore a los buenos profesionales. El Athletic tiene la fortuna de disfrutar de un enorme entrenador con un grupo de trabajo que esta a un nivel extraordinario. Da la sensación que alguno no lo quiere percibir, no sé si por gusto personal o por mandato espiritual. De Marcelino se han dicho muchas cosas y el tiempo felizmente demuestra que el equipo ha crecido una barbaridad y que los jugadores son mejores desde su llegada. Solo escuchar a los peloteros te da una perspectiva clara y real de quién es el asturiano y cómo trabaja su equipo. Hasta hoy han sido catorce futbolistas los que han pasado por ruedas de prensa y diferentes medios para pedir su continuidad. Esto no ha sucedido nunca, por lo menos aquí. Ni la intoxicación por parte de algún representante torpe ha impedido que el apoyo al míster sea tan rotundo. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Me encanta constatar con la gente que ha visto mucho al Athletic que la valoración hacia el entrenador es altamente positiva. Un ejemplo, mis amigos de Portugalete, Ramón y Andrés, athleticzales de pro, confían en su continuidad, una muestra de la gente de a pie, lejos del ruido de las redes sociales. Yo también me apunto a esa posibilidad, ojalá los candidatos vayan por ahí. Sorprende, y mucho, que aún no hayan movido ficha en este sentido y espero que lo hagan urgentemente. Cualquier declaración en este tiempo se va a malinterpretar y por el bien de todos, un tema tan importante como este hay que tratarlo de la mejor manera posible. Que así sea.

Hay tiempo de sobra para reconducir el asunto y buscar que el de Careñes se quede por aquí. Por sacar punta a todo, hasta unas palabras suyas hablando de cortoplacismo se interpretaron en clave club. Nada que ver, lo que quiso decir es que lo que a él le importa es acabar bien la liga y que su futuro está en segundo plano. Solo pido dos cosas, su renovación pero, sobre todo, respeto a un enorme entrenador que lo está haciendo muy pero que muy bien en el Athletic.