ERCA de 370.000 chavales vuelven hoy a clase después de las vacaciones y con los contagios de covid disparados y en pleno pico de la sexta ola. Ómicron aprieta y la inquietud es lógica. Pero no tanto que los adivinos, augures y profetas del todomal nos bombardeen con el apocalipsis que está por venir en las es-cuelas, en las casas y en las empresas. Si hay una fatiga pandémica -que, a la vista está, parece que sí-, también hay un hartazgo de tanto iluminado y vidente, que utilizan similares métodos que los negacionistas para arrimar el ascua a su sardina.