E alegro de que el test de antígenos no se venda finalmente en los supermercados a tenor de la fiabilidad sin par que nos ha ofrecido este autodiagnóstico de la señorita Pepis, que es como el Quimizefa pero dando miedo. Se acaba el periodo navideño con ómicrom cercando a la población que ya no sabe si fue positivo la semana de Navidad, la de Año Nuevo o Reyes porque, según el día y el test, el resultado cambiaba. Mi solidaridad para los confinados que han ido encadenando contactos estrechos pero el virus de la pereza también ataca y con aliados en la farmacia. ¿Falso positivo? Menudo regalo.