O se creerá el exdiputado canario Alberto Rodríguez que su patada ha dejado un incendio como ninguno entre los tres poderes del Estado. El Judicial (Supremo) le dice al Legislativo (Batet) que lo cese de su escaño y el Gobierno (Belarra) acusa al Legislativo de prevaricar porque ha sacado al diputado de su asiento atendiendo a un artículo del Código Penal que no se corresponde con su salida. Ejecutivo, Legislativo y Judicial andan a codazos mientras Rodríguez -que no Podemos- denuncia a Batet y abandona la formación, no sea que el incendio crezca más. Volverá.