S mentar la bicha y la derecha española sufre un hervor en la sangre que le lleva a despotricar contra todo. Ya no son como sus predecesores de hace noventa años. Aquellos que decían preferir "una España rota antes que una España roja". Estos se quedaron con las enseñanzas y los lemas de Franco y quieren una, grande y libre. Los indultos a los presos del proçes han vuelto a abrir la caja de los truenos en el partido que encabeza Pablo Casado, quien ha recuperado su traca de insultos contra el presidente español, Pedro Sánchez. "Pero, ¿usted quién se cree que es?", le espetó el líder del PP a su homónimo del PSOE en el último pleno de control al Gobierno, como si los 120 escaños con los que cuenta la formación gubernamental no tuvieran el mismo valor que los 89 de los populares. Mentiroso, traidor, Frankenstein, Drácula.. fueron algunos de los epítetos que recibió el jefe del Ejecutivo español de manos de un Casado que también le acusó de "arrancar el velo y la espada" a la justicia "para clavársela por la espalda". Todo para luego exigir la dimisión de Sánchez y el sometimiento a un referéndum a nivel estatal sobre los indultos. Claro que Casado solicita esa dimisión porque sabe que si presenta una moción de censura contra Sánchez no la ganaría nunca. Y pide un referéndum estatal porque su partido solo tiene tres parlamentarios en Catalunya. Ha perdido el apoyo de la Iglesia y la patronal. Pero son los otros los que están equivocados.

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