HIRRÍA mucho que un jefe de la oposición confeccione un "gobierno alternativo" o paralelo al legítimamente constituido aunque su intención sea solo marcarle de cerca. Más aún, si quien preside ese gabinete en la sombra ha sido ministro. Lo ha hecho Salvador Illa en Catalunya. Imaginemos que durante la pandemia, Pablo Casado hubiese tenido ministros alternativos. Uno de ellos, obviamente, de Sanidad, para confrontarlo a Illa. La labor de oposición es mucho más seria que todo eso. Urge una moción de censura al Govern alternativo.