OS mercados bursátiles temblaron ayer ante el temor a que se extiendan los confinamientos. El dinero inversor le tiene miedo al encierro porque se reduce la demanda y se resiente la producción. Sin ventas no hay beneficios ni se cubren costes; se destruye empleo y se acumulan las deudas impagadas. El dinero privado -también el ahorro ciudadano, que está en fondos de inversión y planes de pensiones- se acobarda. Ahora que se habla de desincentivar la jubilación se podría desincentivar la inversión especulativa y potenciar la productiva. ¿O es una barbaridad orientar ese dinero a la I+D+i?