NO está ya acostumbrado a que, por ejemplo, los futbolistas -incluso, ¡ay!, los cercanos- se hagan fo-tos inapropiadas en estos tiempos de pandemia y luego, además, cometan la doble torpeza de colgarlas en las redes sociales. Pero que lo hagan los ministros y el presidente de una comunidad autónoma, que posan alegres y despreocupados, sin mascarilla ni distancia -lo de las bermudas ya... tal-, es, en plena ola de rebrotes, de paro, de restricciones y de agobio del personal, una pornográfica temeridad. Al margen de la política y su utilización por parte de otros.