S complicada la profesión de político estos días. Existe el riesgo de pasarse de listo sabiendo que no tendrá que medir el efecto de sus mensajes a favor de corriente -“yo fui el primero en avisar de esto”, “nosotros sabemos cómo salir de esta”, etc.-, o se atrinchera sin riesgos, como un mero espectador de la actualidad para no equivocarse. Hay una tercera opción para ir pisando huevos y no romper ninguno: el discurso de Miss o Mister Universo. En ese, a la hora de tomar decisiones o posicionarse ante ellas se limita a que lo primero es la salud. Terrenos tan trillados como estériles. Y yo quiero la paz mundial.