SE hablaba estos días de aplicarle a Vox en el Congreso un cordón sanitario, al que se han opuesto constitucionalistas para los que la democracia y la libertad de expresión están por encima de todo, con independencia de la ideología por muy venenosa que sea esta, que lo es. Recordemos que en España la ideología franquista no está prohibida. Yo no sé qué foso fitosanitario podemos cavar los demás para que esta gente no nos agreda, dañe y contagie, incluidos esos fervorosos defensores del espíritu de la Constitución a los que esta -la de hoy u otra-, puede tragarse. Se tienen más miramientos con ellos de lo que ellos tienen, cuando menos en sus propósitos: ilegalización de partidos nacionalistas.

Fueron cuatro gatos hace nada, cuatro años apenas, y hoy son 52 diputados. Resulta inquietante lo que pueden llegar a ser en cuatro años más de gobierno y socave sistemático de las instituciones y destrucción de los logros democráticos de lo que para ellos es la izquierda.

La pasada semana, el energúmeno Ortega dio pruebas suficientes de que es indigno como diputado no solo por él y sus palabras mentirosas e insultantes para las víctimas de la violencia de género, No basta con tener votos detrás, por muchos que sean. El juego democrático de pluralidad y elemental respeto no va con ellos; lo utilizan en propio beneficio que no es lo mismo. Están ahí para socavar el actual sistema democrático español desde dentro y para envolver el neofascismo en el ropaje parlamentario. Un día es una cosa y otro, otra. El otro día fue la intervención en el Ayuntamiento de Madrid el día internacional contra la violencia machista; una intervención que rebosaba odio (a salvo de fiscalía por ser vox quien sois), voluntad de atacar, negacionismo de unos crímenes que a buena parte de la sociedad conmueven a diario. Su mirar para otra parte como muestra de desprecio cuando Nadia Otmani le recriminaba su actuación, lo decía todo. No era un diputado quien estaba ahí sentado, solo un chulo. Ha sido reprobado, sí, pero no por todas las fuerzas políticas, las que con su abstención aprueban sus palabras. A los hechos me remito. Basta examinar lo que ha hecho el binomio PP/Vox en los lugares que gobierna. No estoy de acuerdo en que el cordón sanitario pasa por no darles más voz que la que tienen, que es mucha. Ya no. Pasa por aislarlos en la medida en que todavía se pueda, por denunciar desde posiciones políticas y mediáticas sus desmanes y las de sus cómplices: racismo, xenofobia, clasismo, apología del golpismo, patriotismo carcelario, supresión de libertades, oposición a actuaciones de memoria historia? Hace dos días, en Córdoba, Vox pidió un pleno de desagravio para las familias ultrajadas por el cambio de nombre de las calles; mañana ya veremos. En Madrid, el ayuntamiento lacayo de Vox ordena y ejecuta la destrucción del memorial de fusilados de La Almudena. Se dice que hay nombres de chequistas. Si perversas fueron las chekas, no menos lo fueron cuarteles o centros de detención, cuyos responsables y nombres llevan ochenta años en los altares o al pie de ellos, como Queipo en Sevilla. Los tiros en la nuca, las sevicias, las humillaciones no fueron por amor, como dice Ortega, sino por un odio planificado al detalle desde meses antes de producirse el golpe militar, cuando se confeccionaron las listas. ¿La Causa General fuente de información fidedigna? Hombre, no; eso es una burla. El cementerio madrileño de La Almudena -si solo fuera ese- está plagado de homenajes a franquistas y al franquismo. ¿Por qué no haber dejado quieto el de los republicanos? Acción-reacción? sospecho que si la policía no lo impide el acto de La Tapia del próximo año será masivo.

Vox habla mucho de “los caídos de uno y otro bando”, pero ensalza a los franquistas y depura a los vencidos. No sé cómo, pero el franquismo ha resucitado con esta gente. Lo dice Gabilondo? Hace un año se dijo que era propósito del gobierno reformar la ley de Memoria Histórica y el Código Penal para penar con cárcel el enaltecimiento del franquismo y la humillación de las víctimas de la dictadura. No ha debido ser posible porque toda la derecha se opone a tal cosa, con Vox a la cabeza, lo mismo que a ilegalizar las asociaciones que aplauden el golpismo. Hay bronca para rato, con cordón sanitario o sin él.