ACABARÁ por perder su impacto por el uso. Uno de tantos sustantivos erigidos en calificativo que, a fuerza de encontrar ocasión de ser aplicado, corre el riesgo de dejar de horrorizarnos, de repugnarnos menos de lo que debe. No puede pasar. La proliferación de ‘manadas’ de depredadores sexuales en las noticias parece abrumadora. Uno nunca sabe si se multiplican o simplemente afloran. La sensibilización social es evidente. Individuos dispuestos a satisfacer su animalidad, parece que también. Y parece que hay demasiados matices jurídicos buscando la parte baja de la escala de brutalidad.