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¿Algún Bruto en la sala?

a la tercera irá la vencida. Los periodistas estamos mirando el dedo que señala la Luna a la hora de enjuiciar lo que ha pasado con el PP en estas elecciones generales: que si Casado, que si Maroto... Pero estos líderes no dejan de ser los instrumentos del gran gurú: José María Aznar. Por dos veces ha hundido ya en unas elecciones a su partido este sujeto que hablaba texano en público y catalán en la intimidad. La primera ocasión fue el 14 de marzo de 2004. Entonces el PP tenía todo el viento a favor, iba a ganar los comicios de calle y pocos eran los que dudaban de que Mariano Rajoy se proclamaría presidente. La nefasta gestión que Aznar hizo de los atentados yihadistas del 11-M, cuya autoría intelectual quiso adjudicar a quienes “no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas”, dio con el PP en la oposición en tres días. En estas últimas elecciones, solo los más ingenuos pueden pensar que Aznar no ha teledirigido el sesgo de la campaña, con un perfil colindante con la ultraderecha, intentando competir con Vox en la españolidad más carca y en el conservadurismo más ultramontano. Y ahí está Casado, en la estacada, como lo estuvo Rajoy hasta que fue capaz de marcar distancias con el gran patriarca popular, ese jarrón chino que no hace más que destrozar el ajuar familiar. Así que, yo no tengo ninguna duda de que si el PP no logra matar (políticamente hablando) a su César, a la tercera este personaje acabará por hundirlo para siempre. ¿Algún Bruto por ahí?