Cada día que pasa me siento más contrariada y sobre todo indignada del bajo nivel intelectual y político de aquellos que dicen ser representantes de los diferentes partidos peninsulares. Digo esto después de haber decidido por quién votar en las próximas elecciones, ya que al fin y al cabo, entre los menos corruptos están aquellos más cercanos a nosotros y que en medio de todo intentan defendernos, y protegernos en la medida de lo posible. Es increíble la ignorancia y charlatanería que se traen la mayoría de los que se llaman defensores de la España unida. Para conseguir un puñado de votos, mienten a la ciudadanía, tergiversan las informaciones pensando que somos la mayoría de los votantes tontos, y se creen además que con mentira tras mentira se impondrá una verdad. Demasiado jóvenes políticos y charlatanes de feria, les llamaría yo. ¿Cómo se puede decir públicamente, que Getxo es Gipuzkoa? Quizás la próxima será que jamás sucedió la Guerra Civil, sino todo lo contrario: una cruzada de monaguillos haciéndose caricias. Si uno es un político charlatán de feria, que cambia de derecha a izquierda según con el pie que se levanta, otro, que confunde geográficamente los pueblos de provincias conquistadas, miente y tergiversa las informaciones para crear confusión y así, a mar revuelto, ganancia de pescadores. Finalmente, el gran conquistador y jinete del Apocalipsis, donde todo vale por la unidad. Me encantaría preguntarles a estos tres mosqueteros si tienen sus diplomas legales, ratificados y sellados, porque francamente no lo demuestran. Tengo serias dudas de sus capacidades. ¿O es que se creen que están dando con una población ingenua e ignorante? Me queda la esperanza de que el día de las elecciones saldrá la verdad, ante tanta mentira, confusión y deshonestidad. ¿Es posible que la política española se haya convertido en debates y discursos colegiales?