PUEDE que a los políticos les falte memoria. Ayer, un desmemoriado Pablo Casado hacía ojitos al Concierto vasco. El mismo Casado que boicoteaba en el Senado las transferencias vascas y hablaba de negárselas a las comunidades “desleales”. Arnaldo Otegi baja el diapasón y donde antes abogaba por la unilateralidad a la catalana sostiene ahora que no se le puede pedir a Sánchez de entrada el derecho de autodeterminación. Y Puigdemont dice que a Urkullu le falla la memoria sobre la marcha atrás del expresident. Pero no parece cosa de memoria, no; es la credibilidad. Urkullu la tiene; otros dan bandazos.