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Presupuestos orientados a resultados: desarrollo, humano y sostenible

DE cumplirse las estimaciones de recaudación para 2019 se encadenarán tres máximos históricos consecutivos. Siendo como es una excelente noticia, no debemos olvidar que también en 2007 la recaudación fue histórica y dos años más tarde, en 2009, se hundió cayendo un 15,9%. Por eso debemos ser prudentes. Como consecuencia de la crisis y dadas las necesidades generadas en esta última década, el Gobierno Vasco ha tenido que recurrir al endeudamiento para mantener el potente modelo vasco de protección social; lo que fue posible gracias a la política presupuestaria de rigor de los Gobiernos previos. Así, la deuda del Gobierno Ibarretxe en 2008 era de apenas 492 millones de euros, situación que permitió recurrir al endeudamiento hasta acumular 9.084,7 millones al cierre de 2017. Negar que algunos gestionamos con más rigor es negar la evidencia; sirvan de ejemplo estos datos comparativos de 2017: deuda de Euskadi 14,10% s/PIB, de la Comunidad Valenciana 42,5%; de Castilla-La Mancha 36%, de Catalunya al 34,8% o de Baleares 29,4%.

Como bien es sabido, en Euskadi tenemos un sistema de financiación diferente derivado del Concierto Económico caracterizado por el “riesgo unilateral hacia el exterior”, lo cual supone que cuando nos va mal nadie viene a rescatarnos inyectándonos dinero. Nuestra situación buena o mala depende de la gestión que en Euskadi hagamos. Desde EAJ-PNV defendemos y aplicamos una política de ahorro y reducción de la deuda cuando nuestra capacidad económica lo permite. Porque sólo así, ante la llegada de otra posible crisis económica, seremos solventes y tendremos margen de respuesta. Con esta máxima actúa el Gobierno vasco; el año pasado sin ir más lejos le correspondieron 729 millones de euros extraordinarios de los cuales más de la mitad se destinaron a reducción de la deuda y al aumento de activos financieros, en su mayor parte incremento de remanentes. Como resultado, el ejercicio se cerró con superávit y esto nos ha permitido destinar 54,4 millones de esos remanentes a inversiones financieramente sostenibles y no previstas en el presupuesto, como equipos hospitalarios, trenes más eficientes, equipamiento de Formación Profesional, etc? Todo ello salvando el límite de la regla de gasto, restricción impuesta a todas las administraciones públicas.

Ahora el Gobierno vasco nos presenta unos presupuestos que ascienden a 11.784,1 millones de euros, coherentes con los objetivos de legislatura y dirigidos a dar respuesta a los cuatro grandes retos de Euskadi. Al demográfico, reforzando las políticas de apoyo a la familia, de conciliación (gratuidad en el acceso a las haurreskolak para familias con ingresos inferiores a 18.000 euros), de empleo y vivienda para promover la emancipación de la juventud, y también actuaciones sanitarias fundamentales en una sociedad envejecida como la vasca. Al reto de la educación, con 2.845,4 millones de euros para mantener un sistema educativo vasco basado en la equidad, con estándares superiores a la media internacional, y en la igualdad de oportunidades. Nuestro modelo pasa por asegurar que todo el alumnado tenga las mismas probabilidades de ingresar en el sistema educativo, mantenerse y obtener unos buenos resultados. Es una apuesta por la cohesión social. Tercer reto al que da respuesta este presupuesto es el de la digitalización, superando el compromiso que el Gobierno había adquirido de incrementar en un 5% anual los fondos dedicados a I+D+i y con un esfuerzo inversor del 6,5%. Y por último, también responde al reto de la Internacionalización, con la estrategia marco de Internacionalización Euskadi Basque Country 2018-2020.

Escribiendo sobre unos presupuestos orientados a resultados coherentes con el modelo Vasco de Desarrollo Humano Sostenible, se hace necesario analizar esos resultados con indicadores que evidencian tanto el desarrollo como la equidad social logrados en Euskadi. Si analizamos el riesgo de pobreza económica veremos que en Euskadi era en 2016 del 9%, mientras que en Andalucía era del 35,4%, Comunidad Valenciana del 24,4%, e incluso en Madrid, comunidad con mayor de renta per cápita que Euskadi, el riesgo de ser pobre es del 18,2%, más del doble que la media vasca. Estas diferencias son evidentes también si nos atenemos al indicador Arope de riesgo de pobreza o exclusión social (visión multidimensional de la pobreza). Euskadi se sitúa ocho puntos por debajo de la media de España y tres de la media de la UE-28. Por otra parte, según el indicador que mide la esperanza de vida de la población vasca vemos que la de Euskadi es considerablemente superior a la media de la Unión Europea, tanto en mujeres como en hombres. Si recurrimos al índice Gini (la desigualdad en los ingresos), destaca la igualdad en la distribución de la renta considerablemente más equitativa que la de la media europea y por supuesto, significativamente más igualitaria que la media española. Otro dato que ilustra que los esfuerzos económicos que realiza la sociedad vasca tienen resultados lo encontramos en la innovación; y es que Euskadi se clasifica como un territorio de alta innovación según la metodología utilizada por Eurostat. Según esta misma fuente, y con datos de 2016, Euskadi se sitúa en la décima posición en el ranking de las 276 regiones europeas en cuanto al porcentaje de población entre 25 y 64 años que ha cursado con éxito estudios de educación superior.

Estos son solo algunos datos, podría mencionar más, pero son más que suficientes para ver los excelentes resultados de nuestro modelo de desarrollo humanista. Euskadi debe seguir avanzando por esta senda, impulsando un modelo basado en valores humanistas y que sea sostenible para garantizar su pervivencia en el tiempo. Porque si no es sostenible, ni habrá desarrollo, ni menos aún será humano.