Supongo que seré la voz contraria a la masa, pero viviendo en García Salazar, frente a la calle Mena y en pleno meollo de la cuestión, quiero dar mi opinión. Las palabras de “hay que ayudarlos más” y “migrantes en tránsito” se pierden en el aire. Los que tanto dicen que hay que ayudarlos y darles un sitio mejor, se dedican a hablar y darles de comer siempre en las mismas zonas, donde luego se acaban quedando, o les ponen zonas de estancia en General Concha, en vez de llevarles a sus casas o darles de comer en la plaza Moyúa, Gran Vía, Jardines de Albia, San Mamés, Guggenheim, Abandoibarra... lugares más céntricos, espaciosos y mejor visualizados por los visitantes y habitantes de Bilbao.

Y los políticos, pertenecientes a ONG o voluntarios de la Cruz Roja que dicen de crear nuevos recintos con 150.000 euros, cuanto más les ayudan a llegar a Bilbao y a comer y vivir en Bilbao, más hacen que los inmigrantes se olviden de la palabra tránsito. Ese dinero podría usarse perfectamente en pagarles los billetes o en contratar autobuses que les lleven en grupos a Francia.

O teniendo en cuenta que es Cruz Roja quien los manda desde Andalucía al País Vasco, que sean ellos mismos quienes les pague el billete directo a Francia para que los migrantes realicen su deseo, que es el tránsito.