AYEr, y a pesar de que la mala entraña de alguno buscó dañar más de lo que consiguió, todo fue más sencillo. Estoy hablando del partido de Europa League, que tuvo sus incidentes pero no su batalla campal. Cierto que la gestión de la reata ultra del Olympique fue diferente a la de hace unas semanas. Estuvieron más controlados durante todo el día. Pero no solo pasó eso. Pasó también que a nadie se le ocurrió salvarnos por su cuenta, con movida antifascista a gorrazos ni calentamiento previo de la muchachada local. Así, los ultras eran más reconocibles porque todos hablaban raro.