Cuando en este país sigue habiendo gente desahuciada, cuando algunas familias tienen todos sus miembros desempleados, cuando los mayores de 45 años no encuentran trabajo alguno o cuando los jóvenes han de ver la película “ vente a Alemania Pepe”, nuestro Tribunal Supremo nos remite, en sentencia, una gran bomba: todo trabajador que recibió en su día cesta de Navidad en su empresa persevera en este derecho a pesar de lo que pueda decidir esta, aunque quiera retirársela por los motivos que fueren.
No sé si esto es chirigota o gran logro sindical. Cestas aparte, creo que hay que ser serios. Redactemos más sentencias por el que no tiene, por el que no llega y por aquel al que le dan pocas posibilidades. Las dos botellas de vino, los cuatro turrones y el cava ese métanselos por ahí. Dignidad para todos. Entonces, nada importarán las cestas.