Recientemente oí una noticia que me impactó. Pero para mi sorpresa no ha vuelto a oír, ni leer, sobre este hecho, ningún comentario
En una zona de la ciudad de Alepo, continuamente machacada por las bombas, vivía un chico de 24 años que en lugar de marzharse y continuar su vida, decidió quedarse, vestirse de payaso (no sé que ropa tendría) y ponerse una bola roja en la nariz. De esta forma alegraba a los niños y a los mayores les transmitía esperanza. Una mañana salía como de costumbre a hacer su labor con la bola roja en la nariz y la mala fortuna quiso que le alcanzara una bomba. El clown con su bola roja en la nariz cayó desplomado. Con sus 24 años, haciendo una gran labor, la noticia ha pasado desapercibida. Una noticia muy triste, es verdad, pero con gran esperanza y ejemplaridad para el ser humano.
Estamos anteponiendo nuestros intereses, todas nuestras ambiciones, caiga quien caiga, qué pena. ¿Queremos esta sociedad para nuestros hijos y nietos? La verdad es que da un poco de miedo.
Menos mal que todavía hay muchos clowns con su bola roja en la nariz que se preocupan de ayudar. Ojalá estas navidades, en las que todos hablamos de felicidad y prosperidad para el próximo año nuevo, en lugar de los ansiados millones nos traigan justicia social para los más necesitados. Pienso que seríamos mucho más felices viendo que a nuestros vecinos no les falta algo para comer y luz para tener un poco más de calor.
Adiós al clown con su bola roja en la nariz, nunca te olvidaremos.
Miren Gonzalo Santurtzi