Ya estamos en el día después. ¡Qué vergüenza!, o quizás esté mejor dicho que el señor Alonso no tiene vergüenza o quizás mejor todavía, que el PP es un desvergonzado. Este es el mejor ejemplo de paracaidismo español, pero ya estamos acostumbrados a ello. Vienen, tratan de engañar y se van para Madrid. ¡Fíjense si ha sido rápida esta visita, que únicamente ha dado tiempo a saludarle con el nombre, no ha dado tiempo de utilizar el apellido! ¡Y encima salen eufóricos con el resultado! Y dicen que “este ha sido el inicio de la recuperación”, y ¡estoy seguro que no habían bebido! ¿De dónde sale tanto eufemismo? ¡Menos mal que no sacaron los 17 de Bildu, ni los once de Podemos! Váyase señor Alonso, pero sin billete de vuelta. ¡Ah!, dígale a su jefe que evite enviar a otro paracaidista en próximas elecciones. El saludo al señor Martínez, don Lander, tendrá continuidad y podremos tener más posibilidades de dirigirnos a él y seguirle durante esta legislatura... si no tiene la tentación de dimitir después de lo que dijo antes de las elecciones: “Elkarrekin Podemos, Ezker Anitza-IU y Equo gobernará Euskadi tras las elecciones autonómicas vascas”. Pero no terminan aquí sus predicciones. Señaló que “al adelantar las elecciones, el PNV ha recurrido a un movimiento partidista y táctico, no solo el hecho de que tenga un poco miedo a Elkarrekin Podemos, sino también por el hecho de que eso facilite los movimientos en Madrid que puedan permitir, en algún momento, un apoyo del PNV al PP”. Tanto el PNV y cualquier partido medianamente inteligente, debe de tener respeto hacia el resto de los partidos, pero... ¿miedo?, ¡por favor! En una democracia no debería de existir miedo a ningún partido democrático, debe de existir el deseo de gobernar, pero gobernar con o para el pueblo, no contra, como habéis preconizado en alguna ocasión y tú concretamente, capaz de decir que “hay que desbancar al PNV”. Y la presidenta, Nagua Alba, con su comentario “no apoyaremos al PNV”, eso acostumbran a hacer, tanto en Madrid como en cualquier otro sitio. Primero habrá que escuchar, luego debatir, después negociar y finalmente tomar la decisión más adecuada, pero después haber dado los pasos necesarios, pero de salida sin saber lo que pretenden, lo que ofrecen y lo que demandan..., Sin comentarios, eso no lo hace un partido serio.