El voto vasco
Debemos tener siempre en cuenta el valor y la calidad de nuestro voto, el vasco. Para nosotros, los vascos, todas las elecciones, del tipo que sean, revisten una connotación especial, pues se deciden en ellas, siempre, si deseamos que nos gobiernen en y desde casa. A la hora de decidirlo hemos de ser conscientes que nunca puede ser igual, nuestro voto, que el resto de los votantes de la Península Ibérica. En los tiempos que corren, los vascos debemos de saber quién queremos que nos gobierne. Así de simple. Que nos gobiernen en casa pero por control remoto o que lo hagan en casa y desde casa. Tenemos que ser capaces de distinguir que partidos son exclusivamente de aquí y cuales, aún siendo de aquí, reciben las órdenes y consignas de fuera (entiéndase Madrid). Solamente hay que observar, sobre todo en los últimos días, la afluencia de políticos de partidos españolistas que nos visitan, para recordarnos, enconadamente, a dónde pertenecemos. Yo no deseo que dirija mi vida y tome decisiones sobre mi quehacer diario y futuro alguien que no conoce ni le interesa mis problemas e inquietudes, y que se basa únicamente en lo que le cuentan sus acólitos, aquí muy bien aposentados, aunque muchos de ellos residan en la vecina Comunidad. El que conoce esto porque lo trabaja, el que lucha por esto, el que vive aquí mamando todo esto, el que no necesita coger un teléfono y llamar fuera para pedir permiso sobre qué decisión tomar, ese es el que merece nuestro voto. Hablando llanamente, sería como consentir que el presidente de mi comunidad de vecinos me obligase a poner en mi casa las cortinas que a él le gustan. Llegados a este punto, es fácil saber qué partidos son los que siempre tendrán que solicitar la venia a Madrid, los que siempre se acordarán de nosotros en estos días de captación de votos para llevárselos a otro lugar. Son los partidos españolistas, cada vez más, cuyo único objetivo es el de rascar lo que se pueda y llevárselo. Hay además una coalición, EH Bildu, cuyo único objetivo, diría yo que raya la obsesión y en eso coincide con los otros partidos antes aludidos, es desbancar, como sea, a EAJ-PNV. Votar al de casa, al que nos gobierna desde casa, decidiendo en casa, y que como se suele decir barra para casa. Yo lo tengo muy claro.