Seguramente, el futuro de Luis Bárcenas será placentero y sin apreturas económicas, muy parecido al presente que describen en ‘Vanitatis’ de Rosendo Naseiro, el primero de los tesoreros del PP imputados por la justicia (todos lo han sido): vive en el centro de Madrid, en un edificio que es completamente de su propiedad, se ha casado con su asistente marroquí, a la que dobla la edad, tiene una colección de pinturas ingente, ha ganado dinero vendiendo parte al museo del Prado, y el año pasado “movió” más de cuatro millones de euros en cuentas opacas de bancos en Suiza.
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