Los animales no van a pilas, ninguno de ellos es un juguete. Este es uno de los lemas con los que se presentan el grupo de niños animalistas Alba Kids for Animals para evitar que esta Navidad, de nuevo, se regalen animales como quien regala un juguete. No recuerdo dónde fue que leí hace unos días un dato que me produjo un escalofrío y es que cada año en torno a 200.000 perros son abandonados a su suerte porque han pasado a ser un estorbo para sus dueños. El mismo cachorro que tanta gracia hacía, que era la distracción de la familia, del niño o de la niña que tanto deseaba tenerlo y que prometía cuidarlo eternamente. Ese mismo animal es el que unos meses más tarde genera molestia, obligaciones que no todo el mundo está dispuesto a llevar a cabo y es finalmente desterrado de su hogar. ¿Y de quién es la culpa? ¿Del adulto que decide comprarlo? ¿Del niño o la niña que no lo valora? ¿De las tiendas de mascotas? La solución no es buscar un culpable, sino concienciarse sobre los deberes que conlleva tener un animal y el sufrimiento que le causamos al abandonarlo. Así que yo me uno a la campaña que se está llevando a cabo en estas fiestas y en la que algunos personajes famosos han colaborado: No compres un perro, adóptalo.
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