Por fin ha salido a la luz del día la basura financiera oculta bajo las alfombras de los suntuosos despachos de los banqueros. El bueno de Rajoy ha tratado de evitarlo por todos los medios, sin éxito. Así que, con la imposición del rescate por parte de Europa, muchos de sus valedores y amiguetes, dentro del PP, se van a quedar con el trasero al aire ante el mundo mundial. ¿Cómo aguantar el chaparrón? Tratando de marear la perdiz, a base de lanzar espesas cortinas de humo dando el máximo protagonismo, en los medios afines, a la roja y a las víctimas de ETA. Y en esas estamos, mezclando churras con merinas en los debates de máxima audiencia. No puedo hacer gran cosa, pero sí reivindicar mi derecho al pataleo. Hoy por de pronto no he querido ver a la roja.

En cuanto al empeño del Gobierno español de seguir tratando el tema de ETA y su entorno como si nada hubiera cambiado, es una vergüenza más de un Ejecutivo inoperante y mentiroso. ETA ha dejado de ser el problema. El verdadero problema de España es el corporativismo escandaloso, e incluso criminal, de políticos, jueces, banqueros, obispos, etc., que se ensaña sin piedad con la pobre gente. ¿Hasta qué abismo habrá de caer la marca España para que el pueblo español levante la cabeza y ponga las cosas en su sitio?