Diga lo que diga la Fiscalía, la actuación del señor Dívar es impresentable. ¿Por qué los viajes fueron siempre a Marbella? ¿Quién era el acompañante? Los fines de semana eran de jueves a martes, es decir, que este buen señor trabajaría, si acaso, los miércoles. Para estar en contacto con la realidad, como dice este señor, lo lógico es acudir a ciudades como Barcelona, Valencia, Sevilla, A Coruña, etc., pero no siempre a Marbella, localidad que tiene escasa relevancia a nivel judicial. En fin, que la mujer del César, además de ser honrada, tiene que parecerlo y, en este caso, las sospechas de irregularidades son muy lógicas.