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El hecho industrial vasco

Los datos sectoriales de la actividad industrial confirman lo acertado de la recomendación de centrar esfuerzos en el mercado exterior y cuestionan el traslado mimético a Euskadi por el Gobierno López de las políticas económicas del Estado

LA constatación por el Observatorio de Coyuntura Industrial, iniciativa dependiente del Departamento de Industria del Gobierno vasco, de la situación que atraviesa la industria en Euskadi tras el cierre del ejercicio 2010 certifica dos características principales que son comunes tanto a los sectores con más volumen de facturación -bienes de equipo y energía, automoción y medioambiente- como a los que, en el entorno de la máquina herramienta, se han constituido tradicionalmente como la fibra del tejido industrial de nuestro país. Por un lado, el hecho de que la persistencia de la incertidumbre económica global no impida un repunte en la actividad industrial. Por otro, que dicho repunte se produce, pese a la baja demanda del mercado estatal, por los buenos datos y perspectivas de exportación a mercados tradicionales de la industria vasca, como Alemania y Francia, pero también y especialmente a los de las economías emergentes. Son datos hasta cierta punto alentadores que, sin embargo, también conllevan ciertas dosis de preocupación en cuanto a la oportunidad y la sustancia de las directrices de la política económica que, sin ir mucho más allá, ha dejado entrever el propio Ejecutivo vasco a lo largo de los últimos dos años. Primero, porque la importancia de las exportaciones en el repunte de la actividad industrial no hace sino confirmar lo acertado de aquella recomendación de centrar el objetivo en el mercado internacional que, realizada hace ya algunos meses desde la oposición, generó más de una crítica por parte del Gobierno... que ahora se revela a todas luces ilógica. Segundo, porque la baja demanda del mercado estatal confirma que la crisis sigue instalada con toda su crudeza en ese ámbito -lo que, por otra parte, es constatable también en otros datos, como las cifras del desempleo- y que, por tanto, las medidas puesta en práctica por el Gobierno español no han tenido prácticamente efecto, con la lógica afección sobre el doble carril de la oferta y la demanda de la industria vasca. Tercero, porque si dichas medidas se han confirmado ineficaces en el Estado español, su traslado prácticamente mimético a Euskadi, tal y como ha pretendido realizar hasta el momento el Gobierno que preside Patxi López, difícilmente podría tener otro resultado... sin olvidar que, como los propios datos sectoriales indican claramente, se trata de dos economías diferenciadas y que, por tanto, precisan de impulso y actuaciones diferentes. Y cuarto porque en el repaso a la industria vasca realizado por el Observatorio de Coyuntura se percibe un optimismo mucho más reducido en aquellos sectores que se adivinan cruciales a medio plazo -medioambiente, biociencia o telecomunicaciones- y en los que, sin embargo, la imprescindible inversión en I+D+i a duras penas se ha mantenido cuando no ha sido recortada.