La Iglesia somos nosotros, el conjunto de los que nos consideramos cristianos y en contra de la mayoría de nuestras Diócesis y de su desarrollo anterior -excepto con Ricardo Blázquez-, el 11-10-2010 ha tomado posesión el nuevo obispo de Bilbao, Monseñor Mario Iceta Gavicagogeascoa (Gernika, 21-03-1965).

En principio sonaba para sustituir a Monseñor Uriarte en Gipuzkoa, pero el destino jugado por el cardenal Rouco Varela, con la Conferencia Episcopal Española, designó a Munilla para Gipuzkoa. Munilla e Iceta, avalados por amplia formación y acreditada capacidad pastoral, con sólida cultura teológica y, sobre todo, cercanía a las autoridades episcopales españolas y fidelidad absoluta al Papa. Seguro que serán buenos obispos con sus preferencias conservadoras y tradicionalistas para Palencia y Córdoba, pero no en nuestros pueblos por sus orientaciones alejadas a nuestra Iglesia y además, silenciando a gente preparada y con méritos pastorales progresistas y participativas. Pero la CEE, con Rouco a la cabeza, ha dado un cambio de rumbo, más por preferencias políticas y en contra de los postulados cristianos que hasta la fecha venían marcando a nuestro pueblo, nuestros agradecidos obispos anteriores y con el descontento de las bases. Nunca debe imponerse a los pueblos, nada absolutamente y menos en religión. ¡Si Cristo levantara la cabeza!

Más de 600 entre sacerdotes, religiosos y laicos mostraron en repetidas ocasiones su malestar por no tener en cuenta su trayectoria, sacrificios y opiniones al respeto, y aún respetando los posibles cambios en sus labores pastorales, es evidente el cambio de nuestra iglesia fomentando el abandono vertiginoso y preocupante de fieles -entre los que me incluyo-. Si ya antes, forzados por la Cruzada se perdieron vocaciones y con estas maniobras políticas se vaciaron nuestros seminarios, ¿qué podemos esperar?, ¿quién va a creer en la iglesia?.

Dijo en su día Monseñor Iceta "en mi nombramiento no hay ninguna mano negra y los que dicen lo contrario están mal informados". "Al Santo Padre se le presentó una terna de candidatos, no sé quienes serían los otros, pero soy consciente de que partía con ventaja". Si es cierto, esto último, ¿como sabía que llevaba ventaja? "Un obispo no actúa por criterios políticos ni ideológicos. "Yo quiero ser fiel al Señor, a la Iglesia y no caer simpático a determinada gente". Eso es lo que esperamos de Monseñor Iceta, especialmente ser fiel al pueblo al que viene a servir y al evangelio. Lo más macabro es utilizar la Iglesia contra la idiosincrasia de un pueblo.