Estando en una gravísima situación económica y de desempleo, por cierto no provocada por la clase trabajadora, al gobierno socialista no se le ocurre otra cosa que recortar derechos sociales. Grandes recortes sociales jamás ocurridos en los treinta y dos años de vida de democracia. Recortes en forma de: recortes de sueldos, congelación de pensiones, no renovación de plantillas en sectores básicos que afectan a la sociedad como es la educación, justicia y la sanidad, destrucción de empleo público, se anuncia el copago de recetas por los pensionistas, se anuncia una nueva reforma laboral que precarizará todavía más el muy precario mundo laboral y donde se abaratará y mucho el despido, recortes en la ley de dependencia, recortes en infraestructuras básicas.

Todos estos recortes afectan de lleno a la clase trabajadora, y observamos que a la clase política en Euskadi el Gobierno vasco sólo les va a recortar sus sueldos en un 7, excepto el del lehendakari que será del 8%.

A la clase trabajadora, literalmente, se la está ahogando y observo la nula sensibilidad de la clase política en la coyuntura económica actual. ¿No pueden hacer mayores sacrificios los políticos? Cuándo van a tomar ejemplo del Reino Unido y van a renunciar al uso de vehículos oficiales, renunciar a dietas. ¿Y qué tienen que decir de las pensiones vitalicias, viviendas públicas, uso de transporte público, indemnizaciones cuando dejan la vida política, gastos de protocolo y representación, y otros complementos a cuenta del erario público?

El Gobierno central y el vasco alegan que toman estas decisiones obligados por los mercados, la Unión Europea y el FMI. Si eso fuera así, nos estarían indicando su más absoluta incapacidad para gobernar, por lo que deberían de dimitir inmediatamente de todos sus puestos y seguro que ahorraríamos miles de millones de euros a las arcas públicas y sin hacer sufrir tanto a la clase trabajadora. Esto ocurre con un gobierno que dice ser socialista y de izquierdas, entonces ¿qué nos esperará con un gobierno de derechas?