Pues estábamos así, como que no estábamos, haciendo eso que usted ya sabe, o sea, no haciendo nada, pero al menos, cobrando sin disimulo un sueldo digno, muy decente por cierto, con algún furruño que otro. ¡Qué le voy a contar! Un cuento por ejemplo: Caperucita que viene por aquí con la cestita de las subvencejas, el lobo malo que viene por allá con la nocrisencia y la reascensión ecómica, los tres cerditos metidos en la burbuja innobliaria, y ¡claro! Ocurrió lo que tenía que ocurrir, que todos estos politifastros y comeimpostrorios nos han llevado a la ruinocencia.
Y a uno le dan ganas de gorremiñarlos el pescuezo, enjundirlos en plomo fundido, rechuscarlos al rojo vivo y tragocibarles hasta el tuétano, porque mucho lirili y poco lerele, y ahora, a manduquear a los de siempre: pensionistas y funcionarios, y por ahí sí que no... ¡No hija, no! Conmigo no contéis, porque como dijo el gran economista Keynes Friedman, el salario percibido menos el salario remunerado, es igual al impuesto sustraído menos el impuesto pagado, y si sube la inflación, ya ni os cuento lo que sucede con los sopopropollos y la subida de la golosina que los churumbeles lloran, las madres se ponen histéricas, y los padres de familia hacen huelga, muy a pesar de los sinverguenzacatos, y la policía que deben sofostiarlos.
Por último, no sé si sabe, que andan diciendo por ahí que "esto lo solucionamos entre todos". ¡Ni hablar de los niahablares! Bastante uno ha hecho el golfo durante toda su zraña vida como para que le vengan con estas marijodiendas de arrimar el hombro a última hora. ¡Que trabajen ellos! Menudos mangarranes, torcebotas, camastrillos y desespabilaos que están hechos... ¿Por quiénes nos han tomado? Que no somos el FMI ni el BM.
Pero ¡no tengáis miedo! Obama y Merkel que saben lo que les interesa, nos salvarán, y vendrán al rescate, porque velan por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte... ¡Ahí os quedáis! Me voy con Tip y Coll, para hablar del Gobierno.