EL Departamento de Sanidad y Consumo del Gobierno vasco, que encabeza Rafael Bengoa, se ha dirigido a los medios de comunicación, y entre ellos a DEIA y el Grupo Noticias, con el fin de lograr la firma de sus responsables en un Acuerdo ético de colaboración informativa para situaciones de crisis sanitarias, que liga directamente a lo que denomina "la pandemia de gripe A que ha alcanzado Euskadi en los últimos meses" al considerar que "vivimos en un mundo globalizado, donde el riesgo de que surjan nuevas pandemias es irremediable". El equipo de Rafael Bengoa razona dicho compromiso en las divergencias que surgen entre el interés de su propio departamento por lograr la confianza social hacia sus medidas y mensajes y el de los medios de comunicación por mantener a la ciudadanía debida y permanentemente informada, pero también en la coincidencia de ambas partes en el fin de servicio a la sociedad, que Osakidetza afirma debe "sentirse tranquila, segura y confiada". Considerado en esos términos, el mínimo empleo del sentido común determinaría lógico un acuerdo de principios tan evidentes aun a pesar de que sea responsabilidad del Gobierno, y por tanto del Departamento de Sanidad, proporcionar con su servicio sosiego y confianza a la ciudadanía mientras la labor de los medios de comunicación se centra en informar siempre verazmente, cierto es que con mesura, aun a riesgo de crear alguna inquietud social y, si fuese necesario, incluso con el objetivo de originarla. Sin embargo, es esa misma lógica la que convierte en innecesaria la firma del consejero en un documento por el que Sanidad "se compromete a suministrar una información veraz, precisa, adecuada en el tiempo y que dé respuesta a las necesidades de la información" por cuanto DEIA imagina que es precisamente eso lo que el Departamento realiza siempre, incluso cuando ha negado reiteradamente información a este diario en temas de tanto interés social como el cáncer colorrectal, las listas de espera, la receta electrónica, las listas para la fertilización en vitro, el cáncer de cérvix, la euskaldunización del personal, las diferencias de género en salud, la píldora del día después, la interrupción del embarazo en centros públicos... entre otros y sólo durante los últimos cuatro meses como bien saben sus responsables de comunicación. Y es esa misma lógica, aun obviando todo lo anterior, la que hace asimismo que nuestra firma sea perfectamente prescindible en un contrato para "difundir la información aplicando criterios de objetividad, equilibrio y rigor", porque DEIA se ha esforzado en su compromiso diario con los lectores a lo largo de más de 32 años y se esfuerza aún en respetar a rajatabla todos esos valores. La cuestión no es la ausencia de nuestra firma en el acuerdo, sino el motivo que induce a Sanidad a plantear un compromiso repleto de consideraciones obvias que, al menos por nuestra parte, ya se cumplen.