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Zen en Bilbao

ANTAÑO, las divinidades vivían en las grutas, en los bosques, en los manantiales; más tarde en las iglesias y las catedrales, según la cultura y el grado de conciencia alcanzado por la humanidad. Hoy, el ser humano empieza a tomar en serio que el habitáculo de lo divino comienza a ser el propio ser humano.

Toda persona, por tanto, deberá ponerse de acuerdo consigo misma unificando, fusionando, los polos de su doble origen, el terrestre y el celeste. Ése es el comienzo de la solución de todo conflicto. "No he visto una sola neurosis que no tenga una raíz espiritual, decía Carl Jung.

La tragedia de ser humano actual consiste en que, habiéndosele negado el permiso de ser él mismo, aún no se ha rebelado ante semejante tragedia, y la neurosis más intolerable en Occidente no es otra que el haberse alejado de ese centro que la Psicología llama el Sí Mismo Ser Esencial. Para Alcanzar esa experiencia, la experiencia de Ser, no es preciso ser monje, ni pertenecer a religión alguna, tan sólo es un derecho de nacimiento

Dice Rumi: "Miré en las cruces de cada iglesia, pero Él no estaba allí. Peregriné a los templos de la India y a los santuarios de la China, pero Él no estaba allí. Busqué en los montes de Herat y Candalar, pero Él no estaba allí. Escalé la lejana cumbre del Qaf y sólo hallé el nido del Fénix vacío. Visité la Cava, pero Él no estaba en ese turístico lugar entre jóvenes y viejos peregrinos. Leí los libros de Avicena, pero su sabiduría eludió toda palabra. Llegué a lo más alto del trono, a dos codos de distancia, pero Él no estaba allí. Entonces miré en mi propio corazón y allí le encontré: No estaba en ningún otro lugar."

Cada lunes, de ocho a nueve y media de la tarde, el que esto firma (WWW. rafaelredondo.com.) dirige sesiones independientes de Zen en el ITEGP, Alameda de Rekalde 1, Bilbao.